¿Cuántas veces has tenido que oír aquello de: “no te preocupes por esa tontería”? ¿O esa frase de “No llores más”? ¿Y lo de “Si no es para tanto”? ¿O incluso el consejo de “No te pongas triste, que no vale la pena”?
Recomendaciones que van dirigidas a hacernos sentir mejor, y a las que debemos estar agradecidos por su intención. Pero que, ni mucho menos, hacen desaparecer el motivo del por qué están ahí.
Comprender tus emociones, saber qué quieren decirte, aprender de ellas: solo podrás hacerlo si te das permiso para sentir. Y es que las emociones no llevan un botón off de serie con el cual podamos apagarlas a voluntad.
Inteligencia Emocional: Sentirse bien no es una obligación
Cuando nos negamos una emoción, esto es; cuando reprimimos su presencia porque nos incomoda o porque no queremos mostrar nuestra debilidad a los demás… lo hacemos con la idea de eliminarla. Nos esforzamos por exteriorizar una emoción diferente a la que verdaderamente invade nuestro interior.
Es por ello que no debemos reprocharnos el sentir miedo, rabia o tristeza. Porque piensa que el sentirse bien no es una obligación. Esta resistencia a emociones incómodas únicamente posibilitará la permanencia en un estado artificial en el que no se dará solución al origen del problema.
Inteligencia Emocional: aprende de tus emociones
Debes aprender de tus emociones, saber por qué están ahí, qué te quieren decir.
¿Sientes miedo? Observa de qué te está protegiendo.
¿Sientes tristeza? Observa qué hay en ti que has perdido y no sueltas.
¿Sientes rabia? Observa cuál es la injusticia que te altera.
Como puedes comprobar, cada emoción te enseña a descubrir una parte de ti: unos pensamientos y creencias ocultos que, posiblemente, ni te habías percatado que estaban ahí. Es importante, por tanto, que te des permiso para sentir estas emociones y para conocerlas.
Solo de este modo, serás capaz de lidiar con ellas, de saber qué hacer cuando aparezcan. Y, ante todo, qué cambiar con respecto a tus pensamientos para que no sean recurrentes.
Inteligencia Emocional: cambiar tu forma de pensar es cambiar tus emociones
Cambiar tu forma de pensar para cambiar tu emoción no equivale a negarla. Todo lo contrario: implica aceptarla, para luego modificar el modo en cómo reaccionamos ante ciertos pensamientos.
La respuesta que damos a nuestras emociones tiene que ver con aquellas creencias que vamos incorporando a lo largo de nuestra vida. Crecemos pensando que lo correcto es pasar página cuando una situación nos entristece porque, de ese modo, el dolor desaparecerá rápido.
La emoción hay que sentirla, aceptarla, y conocer que pensamientos te han llevado a que estén ahí. Por tanto, modificar tus pensamientos te aportará una nueva perspectiva ante la situación que vives y en el modo en cómo la sientes.
Y para poder aceptar la emoción, deberás entenderla: aprender a ser consciente de su existencia para poder lidiar con una mejor respuesta.
En definitiva: no huir de lo que estás sintiendo por ser desagradable, sino acompañar la emoción y comprenderla. Agradecer que esté ahí para ayudarte a mirar en tu interior es darte permiso para sentir.
Helga García.
Coach de Vida & Infanto-Juvenil y Familiar
www.helgagarcia.es<http://www.
(+34) 663521343
Gracias por tu aportación. Feliz semana.