“El niño necesita sentirse sentido”
Un buen resumen de lo que representa el aprender a expresar las emociones durante la infancia lo tenemos en esta sencilla, breve y maravillosa reflexión de Valeria Aragón:
“El niño necesita sentirse sentido”
Y es que la importancia de las emociones radica en que forman parte de nosotros, e influyen en el modo en cómo vemos el mundo, cómo lo sentimos y cómo actuamos en él. Es decir, nos preparan para adaptarnos y responder en nuestro entorno.
Se hace necesario, por tanto, que durante la infancia los niños aprendan a reconocer y a expresar sus emociones: a exteriorizar su sentir para permitir a los padres saber qué les está afectando y de qué manera.
Educación Emocional en la infancia: la importancia de los padres para el desarrollo emocional del niño
Además del desarrollo cognitivo y social, el emocional es parte fundamental dentro del crecimiento del niño. Durante esta etapa, la influencia de los padres cobra un valor incalculable: en ellos recaerá la figura de referencia para el menor.
Los padres se convertirán, desde un primer momento, en el reflejo de unas conductas, valores y creencias que servirán al niño como guía en su interacción con la realidad.
Educación Emocional en la infancia: aprender a expresar las emociones es aprender a comunicar
Cuando hablamos de emociones, hablamos de una comunicación más allá de la que podamos expresar verbalmente. Como hace poco le decía a uno de mis pequeños clientes en una de sus sesiones de infanto:
“Las emociones son como una pequeña alarma que te avisa de que algo pasa dentro de ti”.
Y es aquí dónde debemos poner el foco de atención: si el niño no sabe qué es “aquello” que siente dentro de él cuando una experiencia le ha afectado, no sabrá comunicarlo…. y en consecuencia, se sentirá desconcertado.
Aprender a expresar las emociones permitirá al niño comunicar su sentir, lo que facilitará a los padres saber cómo pueden ayudarle. Podrán actuar, por tanto, con mayor comprensión, tranquilidad y con una atención plena ante lo que le inquieta.
Educación Emocional en la infancia: ayudarles a reconocer las emociones
Debemos ayudarles a reconocer las emociones y qué mejor manera de hacerlo que con nuestro ejemplo. Acompañar a nuestro hijo, desde la calma y la comprensión, es un buen comienzo para enseñarles el camino emocional.
Del mismo modo, es imprescindible que no ocultemos las emociones desagradables delante de ellos. Si tenemos ganas de llorar, ¡lloremos! ¿qué es lo peor que puede pasar si lo hacemos? Sencillamente, que nuestro hijo nos preguntará por qué estamos tristes. No es tan terrible ¿verdad?
Por vergüenza o por creencias heredadas, bloqueamos nuestro sentir a la hora de exteriorizar sentimientos y no nos percatamos que es, en estas experiencias, dónde los más pequeños aprenden. Nuestro hijo nos ve llorar y nos pregunta por qué estamos tristes. Por tanto, está relacionando el llanto con una emoción: la tristeza ¡Ya tenemos un punto ganado!
Solo nos queda explicar porqué nos sentimos así; qué ha hecho que estemos tristes. El pequeño se dará cuenta de que no es malo expresar sensaciones desagradables y que eso de “llorar” también les pasa a los adultos.
Educar las emociones en familia es la mejor manera de que nuestro hijo crezca y se desarrolle de un modo sano, adquiriendo unos recursos que le permitirá relacionarse con mayor empatía y comprensión ante los sentimientos de los demás.
Sin duda, como padres está en nuestra mano el poder ayudarles a reconocer sus emociones; aquellas situaciones que las provocan… y el proporcionarles unas herramientas adecuadas para poderlas gestionar.
Muy buen aporte. Gracias por compartirlo.
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