“Con llanto no solucionas nada”, “Las niñas buenas no lloran”, “Las niñas buenas no se enojan” … no recuerdo cuando fue que escuché esas frases por primera vez, pero sí sé que las escuché muchas veces, de hecho de vez en cuando las escucho. ¿Te suenan? Seguramente quien las dijo no pensó el impacto de estas frases, ya que pese a lo que se supone, la inteligencia emocional no es innata en los niños, sino que se logra mediante las vivencias y las relaciones, lo cual torna muy importante el rol de los padres, maestros y el entorno. Hay estudios que muestran que desde los 2 años y medio ya es posible educar las emociones y lo más importante es que este aprendizaje tiene influencia durante toda la vida.
Aquí van 5 tips que pueden serte útiles para desarrollar la inteligencia emocional en tus hijos:
- Observar y reconocer las emociones básicas
Podemos asistirnos de un juego muy simple que solemos hacer con los niños: “hacer caras”, cara de enojado, cara de feliz, cara triste, cara de susto … quizás identificar primero estas emociones con fotografías y luego pedirle al niño que las reproduzca.
- Nombrar las emociones
A partir de los 5 años es esperable que los niños puedan dar nombre a sus emociones. Una manera de entrenarlo es simplemente preguntarle ante hechos concretos ¿cómo te sientes con esto?. Si, por ejemplo, el niño tiene una excursión en el colegio o sabes que algo no le gusta, hacerle esta pregunta para que pueda ponerle nombre a la emoción y empezar a reconocerla es una gran oportunidad.
- Desarrollar la empatía
En línea con esto podemos usar esa misma emoción como anclaje para llevarlo a reflexionar sobre cómo se siente otra persona. ¿Por qué crees que está contento tu hermano? ¿Crees que la maestra está triste? Pueden ser algunos disparadores para una charla.
- Observar, escuchar y dar validez a lo que el niño siente
Es importante que los padres pongan toda su atención cuando los niños están expresando sus emociones, demostrándoles que es importante que las expresen y validando aquello que dicen.
- Eres su ejemplo
Del mismo modo en que los niños copian lo malo imitan lo bueno. ¿Das un portazo cuando te enfadas? ¿Gritas cuando estás enojado? No te olvides eres su principal referente en la vida y a su vez los niños son nuestros más grandes maestros, aprovecha para observar como es tu relación con tus emociones y trabaja sobre lo que no te este gustando.