Cuenta una leyenda de los indios sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo, tomados de la mano, Toro Bravo, el guerrero y Nube Alta, la hija del cacique y ambos dijeron:
– Nos amamos -empezó el joven.
– Y nos vamos a casar -dijo ella.
– Queremos un hechizo, un conjuro, algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos -dijeron los jóvenes al unísono.
– Hay algo que puedo hacer por vosotros, pero es una tarea muy difícil y sacrificada -dijo el brujo tras una larga pausa.
– No importa -dijeron los dos.
– Entonces -dijo el brujo- Nube Alta, sin más armas que una red y tus manos, subirás al monte y cazarás al halcón más vigoroso. Tráemelo vivo el tercer día de luna llena … Y tú, Toro Bravo -prosiguió el anciano- tú debes traer de la montaña más alta a la más valiente de las águilas, y traerla viva sin ninguna herida.
Los jóvenes asintieron en silencio y, después de mirarse con ternura, partieron. El día establecido por el brujo, los jóvenes llegaron a su tienda con dos grandes bolsas de tela que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que, con mucho cuidado, las sacaran de las bolsas. Eran sin duda las aves más hermosas de su estirpe.
– Ahora -dijo el brujo- atad entre sí a las aves por las patas con estas tiras de cuero. Después soltadlas y dejad que intenten volar. El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo, pero sólo consiguieron revolcarse en el suelo. Irritadas por su incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí.
– Éste es el conjuro. Jamás olvidéis lo que habéis visto hoy. Vosotros sois como el águila y el halcón… si os atáis el uno al otro, aunque sea por amor, viviréis arrastrándoos y, tarde o temprano, os haréis daño el uno al otro. Si queréis que vuestro amor perdure volad juntos pero jamás atados.
Reflexión:
Mi experiencia en Coaching educativo me ha regalado esta opinión personal : uno de los propósitos que tenemos , viviendo en el Siglo XXI, es crecer y desarrollarnos como personas.
Os apetece asumir a vosotros este reto?. Conocer muuuuuucho más de lo que ya sabes de ti mismo/a?. Pues aquí, nuestras parejas, tienen un papel significativo.
Cuando realizo Coaching educativo a Madres y padres, a veces, en la conversación me dicen: es que mi marido/mujer no tiene nada que ver conmigo!, es que es totalmente distinto a mi ¡
Y yo les pregunto, ¿Qué es lo que realmente te molesta de tu pareja?, ¿Quieres comenzar un viaje de autoconocimiento?,
Coaching educativo te permite hacer este viaje hacia dentro de ti mismo/a. Te aporta las herramientas para esta preciosa aventura que es conocerte. Más allá de lo que crees de ti mismo/a, hay un mar infinito. Hay momentos que la parada del viaje es de disfrute, paz, amor y respeto. Y también hay momentos de la travesía, donde parece que cogemos un atajo a este maravilloso recorrido y nos encontramos con la tristeza, la impotencia, mucho enfado, soledad, frustración, etc.
Os comparto que al realizar el viaje de mi vida, con mi marido como compañero, he tenido momentos donde lo mejor de mí brotaba a raudales. Y también muchos otros, dolorosos, con baches, con pozos profundos, que me han dado la oportunidad de saber que quiero:
- quererme a diario
- Libertad
- Amor
- Generosidad
- Ternura
- Escucha
- Sinceridad
- Respeto
- confianza
Y cuando soy capaz de DARME TODO esto a mí, soy capaz de ver, de darme cuenta que también lo recibo de él.
Y más aun, que cuando soy capaz de recibir todo esto de mi misma, ya no necesito que todo “lo exterior “sea de una determinada manera. Soy capaz de ver la belleza, el bienestar, el estar a gusto, en cada cosa que tengo, que hago, y que SOY.
Y quizás lo que más me transforma: darme cuenta que cuando soy capaz de conectar con todos estos tesoros, con lo mejor de mí, quiero dar a borbotones a quien un día fue el maestro que desató mi enfado y mi dolor.
Y quizás lo más heavy, es que mi marido no habla este idioma: esto de crecer, de conocerse, desarrollarse. Él como “legítimo otro”, elige vivir la vida según sus valores, sus principios y su propósito. Y de forma inconsciente es mi mayor maestro. GRACIAS.
Qué sería de mi, de mi vida, de mi propósito…..si no hubiera sido capaz de “soltarme” un día de su lado?