Suena el despertador, te levantas y ya aparece nuestro primer pensamiento: “Es lunes”, con todas las connotaciones que le hayas puesto…
Y aparecen en cascada otros muchos pensamientos que … ¡No puedo parar!
¿Cuál será mi forma de actuar con este pensamiento?
¡Guau, qué día tan extraordinario! O vaya m…, otra vez lunes, pues no falta nada hasta el viernes…
¿Qué semana prefieres tener?
Nuestro pensamiento crea la realidad, las palabras todavía lo concretan más, y todo ello hace que genere un sentimiento en nosotros que sea el que determine nuestra forma de actuar.
El coaching emocional trabaja cómo impactan los acontecimientos en nosotros, cómo impactan nuestros sentimientos en nosotros, cómo impactan nuestros pensamientos en nosotros, qué lenguaje utilizamos para describir eso, porque todo hace que actuemos de una forma o de otra.
Es de suma importancia escuchar las palabras que utilizamos, por eso el coach repite tus palabras, porque no es lo mismo escucharlo de ti, que tantas y tantas veces te lo has dicho, que escucharlo de otra persona. Cuando esas mismas palabras las escuchas en otro te hace tomar perspectiva porque es otra voz, otro sonido, otra persona…
Y aquí me surgen las palabras escritas en La Biblia: “Es más fácil ver la paja en ojo ajeno, que la viga en el propio” o ¿no?
Sería muy fácil decirle a nuestro coachee qué podría hacer para cambiar esa emoción que le produce el que sea lunes otra vez, pero, ¿cuántos consejos hemos dado o nos han dado y después no han funcionado? Puff, probablemente un montón.
Sin embargo cuando un coach explora el mundo interior del coachee descubre una forma de conexión mayor y es el hacer de espejo, que el cliente se vea en ti. El coach será su reflejo, será él mismo hablándose y escuchándose, y así verá como el coach le hace preguntas inusuales, y quizás le parezca que se las hace él mismo, porque el coach es su reflejo. Esta autoindagación se hace profunda, a unos niveles que nunca se había planteado por lo que llevará a unas respuestas que nunca se había dado.
Romper esta cadena de pensamiento y sentimiento ¿dónde te lleva? ¿a tus conductas habituales? ¿O quizás cambies de camino?
Me encanta Ana!! Gracias por compartir este trocito de ti!!