Abrir la puerta de su pequeño mundo interior para poder trabajar con sus emociones. Éste es el primer paso para ayudar a cualquier niño con su gestión emocional. Hay muchas herramientas para obtener información sobre su sentir… pero si vamos a lo más básico, tomen nota:
- Conectar con el niño
- Preguntar para descubrir
- Escuchar con atención.
Parece sencillo, ahora yo les pregunto. ¿Pueden conectar con un niño mientras el resto de la clase se revoluciona?, o en casa, ¿podemos hacerlo mientras nos encargamos de la cena, o estamos atendiendo al hermanito?, ¿Qué tiempo dedican a preguntar para descubrir qué está pasando por esas cabecitas?, ¿Dejan todo lo que están haciendo para escucharles? Si la respuesta es sí. Les felicito. Están en el camino adecuado. Ustedes llamarán a su puerta, y ellos les invitarán de buen grado a pasar. Si la respuesta es negativa, sepan que todo se puede entrenar, también nuestra escucha, y la manera de crear un espacio de confianza y conexión con los más pequeños. De momento les propongo un juego para hacer en el colegio o en familia.
En coaching lo llamamos La rueda de la vida. En este caso vamos a confeccionar una rueda de la vida adaptada a la etapa de infantil. Haremos una circunferencia y la dividiremos en tantos quesitos como aspectos queramos tratar con ellos. “Compañeros”, “mamá”, “papá”, “abuelos”, “colegio”, “hermanos”, etc. Luego les pediremos que den una puntuación del 1 al 10 a cada campo. 0 significaría que nos sentimos mal en relación con ese ítem y 10 muy bien. Podemos simplificar el ejercicio para los niños de menor edad, por ejemplo; identificando cada área con un pictograma y poniendo gomets de colores en aquello con lo que estamos muy contentos, y gomets azules donde nos sintamos más tristes.
El objetivo es doble. Los niños harán un pequeño ejercicio de autoconciencia, y los adultos entrenarán la escucha y la pregunta (tan importante para indagar en el pensamiento y la emoción). Si sus hijos o alumnos tienen alguna necesidad por cubrir, algún dolor que les haya pasado desapercibido, puede aparecerles en la rueda. En cualquier caso, tendrán la valiosa oportunidad de escuchar sus respuestas, y ¿Quién sabe? ¡Incluso abrir su puerta!