¿Quién dijo que la metafísica era un saber que no podía bajarse a la experiencia? ¿Cuántas veces nos han dicho que la filosofía del SER no tenía utilidad ninguna? ¿Coaching ontologico o metafísica práctica?
Desde que el coaching se ha convertido en una disciplina útil y práctica para gestionar el cambio en personas, en empresas, se ha investigado y trabajado en fundamentar una base teórica que otorgue de sentido y referencia la práctica del coaching. Cierto es que se ha buscado en la psicología aquellos principios que pudiesen otorgar validez a la práctica del coaching. Sobretodo en aquello que tuviese que ver con el HACER. Es decir: con el comportamiento. Sin embargo, existe una corriente que pretende ir más allá del HACER, situando como principal objeto de estudio el SER.
Al igual que la metafísica, si consideramos ésta, desde un punto de vista aristotélico, como la ciencia del ser en cuanto ser, nos damos cuenta que, al igual que ésta, el coaching ontologico presta atención a los modos de ser. Es decir: partimos del principio que todos los seres humanos, desprendidos de toda determinación, llámese creencia, educación, identidad, ideología, tienen en común que SON. Dicho de otra manera: El ser humano ES y sobre su SER se van cimentando todos los accidentes que conforman la identidad, los valores y las creencias de cada individuo. Lógicamente, estos accidentes son los que determinarán de algún modo su pensar, su decir, y con ello su comportamiento. Ser consciente de este hecho es lo que le otorga un gran poder de cambio al coaching ontológico: el poder hacer darse cuenta que la sustancia, o SER, puede desprenderse de todas sus determinaciones o accidentes para convertirse en un PODER SER, en palabras de Heidegger, un proyecto-yecto-articulado. Es en este punto donde el coachee puede crear o generar su propia realidad partiendo de su SER y configurando a placer los accidentes que lo determinen.
¿Cómo se consigue esto? A través de un proceso dialéctico que llamaremos coaching, y que parte del hecho que, para configurar una realidad efectiva a través de una profunda reflexión del SER, debemos tener en cuenta el lenguaje como motor de cambio. En este punto donde los modos de decir se transforman en modos de ser. Pasamos de la metafísica al metalenguaje. Es por todo ello como podemos hacer de la metafísica una praxis. Y este hecho es en parte gracias al coaching ontológico.