¡Eureka! Es lo que me hace falta a mí para no comerme las emociones… Un proceso de coaching nutricional
Por tercera vez me acercaba a un nutricionista para recoger el menú que me había preparado y bajar de peso hasta la próxima consulta, como siempre, salí sin ninguna motivación de allí. Al observarme veía que no era suficiente seguir una receta, consejos y cambiar hábitos adquiridos durante años y años… Necesitaba algo más que acompañase a los menús semanales, al ejercicio casi diario, a beber agua diariamente, que normalmente lo aconseja un nutricionista por su trayectoria y formación que requiere su profesión.
Me cuesta muchas veces regular mi estilo de vida a como me gustaría verme, de ahí viene muchas veces el utilizar la comida para gestionar mis emociones. Sé que tanto el tener hambre, como el comer según estén nuestras emociones, son parte de nuestro estado de ánimo. La pregunta que me venía a la mente, era ver qué hacer para que la emoción llamada no grata, la introdujera en mi vida y a la vez preguntarle ¿qué me quieres decir?
Busqué y me topé con la palabra coaching nutricional:
Por su descripción, lleva a la persona a ser protagonista de su plan, que tome conciencia de lo que quiere y saber qué necesita para lograrlo.
El Coaching nutricional enfoca al coachee hacia las opciones, manteniendo la motivación y buscando recursos en él mismo, que tal vez desconoce que tiene.
En ningún caso, el coaching nutricional sustituye la labor de dietistas ni nutricionistas, que por su trayectoria profesional hacen un trabajo increíble, sino que complementa su menú alimentario para que por medio de la pregunta responsabilice al coachee a su propio proceso de aprendizaje, ofreciendo acompañamiento necesario para lograr la motivación hacia donde quiere ir.
Actualmente la alimentación y el crecimiento personal, se están convirtiendo en prioridad para las personas. Para ello, hay que aprender a comer, a hacer ejercicio sin que suponga mucho esfuerzo, siendo importante saber, ¿para qué hacemos lo que hacemos?
Llegué a la conclusión de que dentro de un proceso de coaching nutricional, se consigue acompañar al coachee a no comerse las emociones y a no sentirse culpable por comer.