¿Cómo de orgulloso te sientes como persona? ¿Y si en vez de hablar de autoestima, hablásemos de orgullo hacia uno mismo? ¿Conduciríamos así a nuestro cerebro y raciocinio a otro tipo de pensamientos?
EL ORGULLO DE ESTAR VIVO
Creo que es importante diferenciar la vanidad del orgullo. La educación que hemos recibido nos ha dirigido hacia la humildad. Esto resulta apropiado, aunque a veces malinterpretamos la humildad como una falta de reconocimiento de nuestra propia actuación en la vida. Y esto, en mi opinión, merma la autoestima y/o el orgullo que debemos sentir por lo que hemos conseguido.
Me gustaría que, ahora que estás leyendo este post, detuvieses un momento tu mente. Y que, desde este espacio vacío, te dejaras llevar hacia aquellos momentos en los que te has tenido que esforzar. Por alguien, o por algo que era importante en ese momento de tu vida. Que te sientas orgulloso de ti mismo.
¿Lo tienes? ¿Los tienes?
Seguro que sí. Y muy probablemente, te lleguen momentos que tú mismo has provocado. Junto a otros que la que la vida nos ha traído, claro está. Y seguramente, si seguimos buscando, nos llegarán momentos y retos felices y de objetivos soñados. Y otros, por supuesto, no tan agradables, e incluso muy difíciles, que hemos o superado con muchas dificultades.
ERES LOS OBJETIVOS QUE HAS CUMPLIDO PARA LLEGAR AQUÍ
En cierto modo, la autoestima se alimenta de estos momentos y de sentirnos orgullosos de nuestro esfuerzo. También del resultado obtenido, incluso cuando a veces no era el deseado o esperado. Y de cómo a partir de este nuevo resultado, podemos seguir hacia adelante, de manera humilde y sin presiones. Ni siquiera la presión que nosotros mismos nos colocamos nos impide seguir avanzando hacia nuestros sueños y necesidades propias. Necesidades que, a su vez, son de cada persona, y por lo tanto, siempre son y resultan lógicas.
La autoestima se alimenta de este orgullo, y ese alimento es el que necesita cada persona para fortalecer su andadura vital. Por tanto, esta en la responsabilidad de cada uno el nutrirnos de nuestros esfuerzos. Y así, lograr nuestros objetivos vitales mientras superamos los avatares propios de la aventura que es este mundo.
Día a día, paso a paso y siempre respirando despacio…