INTELIGENCIA EMOCIONAL INFANTIL Y JUVENIL: ¿EN QUÉ CONSISTE?
¿Qué es la inteligencia emocional infantil y juvenil? Según Daniel Goleman*1, la inteligencia emocional propiamente consiste en:
Conocer las propias emociones. Es decir,reconocer lo que sentimos en el momento en que ocurre para poder gestionarlo.
Manejar las emociones. Ser capaces de expresar apropiadamente lo que sentimos.
Motivarse a sí mismo, ya que la emoción tiende generar la acción.
Reconocer las emociones de los demás. La empatía se basa en el conocimiento de las emociones propias, y en cómo identificamos las emociones en las personas ajenas.
Y establecer relaciones. La habilidad de poder manejarme ante las emociones de los demás, comprendiéndolas y gestionándolas.
INTELIGENCIA EMOCIONAL INFANTIL Y JUVENIL: TRABAJAR EN LA ADOLESCENCIA
Para mí, es básico que los niños y jóvenes tengan siempre presente lo valiosos que son. Es importante comenzar a trabajar en su inteligencia emocional desde niños y reforzarla de adolescentes. Es precisamente ahí, en esa etapa tan importante, donde están dejando de ser niños y aún no son adultos.
La inteligencia emocional de nuestros niños y jóvenes puede afectarse negativamente por situaciones que hayan vivido. Y que, en ocasiones, conducen a “etiquetarles” como algo que no son. Por ejemplo “desordenados”, “ansiosos”, etc. Hay que tener cuidado con el lenguaje que utilizamos. Es muy diferente decir “tu cuarto está desordenado” a etiquetar a la persona diciéndole “eres un desordenado”.
INTELIGENCIA EMOCIONAL INFANTIL Y JUVENIL: PARAR, RESPIRAR, PENSAR, ACTUAR.
Las emociones no son ni buenas ni malas y es importante aprender a gestionarlas para que no nos dominen. Sin tratar de sobresimplificar, hay una “fórmula” que suele funcionar para esto:
Primero: PARAR y reconocer la emoción.
Después: RESPIRAR y calmar a nuestro organismo.
Seguidamente: PENSAR de manera clara y ordenada.
Y finalmente: ACTUAR y buscar una solución.
INTELIGENCIA EMOCIONAL INFANTIL Y JUVENIL: AMAR POR CÓMO SOMOS SIN CONDICIONES
Los niños y jóvenes necesitan ser amados, reconocidos e integrados. Si esto sucede, muchas otras cosas fluirán. Que se sepan amados por el simple hecho de existir. Amados sin condiciones, sin importar que hagan, digan, piensen o sientan. Amar con palabras amables, abrazos, sonrisas, etc.
Que se sientan reconocidos por sus logros. Escucharlos realmente, que se sientan valiosos, capaces, y cuenten con alguien en casa que los valore sin importar nada más. Cosas básicas como mirarles a los ojos, reconocer sus emociones, un saludo cariñoso al levantarse. Es muy importante saber cuidar de estos importantes detalles.
Y también es muy importante que desde pequeños que tengan responsabilidades en casa. Esto los hace saber que son parte de la familia. Que si no están, hacen falta. Que siempre habrá un sitio para ellos en la mesa. Esperarles, involucrarles y hacerles sentir partícipes les da seguridad.
*1 Emotional Intelligence de Daniel Goleman (1995)