INTELIGENCIA EMOCIONAL: ¿CONTROLAR O GESTIONAR LAS EMOCIONES?
¿Qué me está ocurriendo? La mayoría de las veces decimos (o sentimos) que no podemos controlar cuando algo sucede. Pero… ¿realmente no puedes controlarte? ¿O, tal vez, decido no controlarme? ¿Y si yo mismo dejo saltar el resorte que habitualmente responde? Este es un planteamiento muy básico a la hora de hablar de inteligencia emocional.. y de controlar o gestionar las emociones
¿Dejo que salga una emoción, a borbotones, para luego tener excusas y justificarme?… Estas dudas pueden estar muy justificadas. Ahora, hablemos de como gestionar mis emociones.
Normalmente cuando, en sesión, un cliente dice: “no sé gestionar mis emociones, no puedo evitarlo”. En ese caso, tendremos que acompañarle a un viaje con muchas carreteras secundarias. ¿Realmente no lo puede evitar, o tal vez no lo ha hecho hasta ahora? ¿Y si tal vez sí lo ha podido evitar, pero ahora no lo tiene presente?
La persona lo ha hecho así porque no sabía cómo o qué hacer con esa emoción. O porque repetía patrones que le decían que así hay que responder ante una u otra situación. Quizá pueda ser que se veía desbordado por una emoción tan intensa que lo bloqueaba. Cada reacción tiene un origen y una intención positiva como objetivo.
INTELIGENCIA EMOCIONAL: ¿EMOCIONES BUENAS Y MALAS?
¿Cómo puedo gestionar mis emociones? Ese trabajo es el que hacemos los coaches. Ir investigando a ver qué sucede en el cliente, cuáles son sus conexiones de acción-reacción. Qué creencias tiene sobre esa emoción, qué creencias tiene sobre él mismo en relación a esa emoción… Pero cuando hablamos de gestionar las emociones, salta otro automatismo que tenemos en nuestro cerebro: catalogar las emociones como buenas o malas.
Las emociones cumplen una función: nos permiten adaptarnos al medio, a la sociedad, y a las personas que nos rodean. No las hemos inventado para que nos respeten, ni para que nos obedezcan, ni para mantenernos seguros y no equivocarnos.
Uno de los trabajos más bonitos que he podido experimentar es sentir cómo, siguiendo ciertas pautas, ciertas emociones que había en mí y que saltaban como un resorte sin entender el porqué, se desvanecían, desapareciendo el malestar que me provocaban.
La culpa me machacaba desde hacía muchos años. Pero la acepté como parte mía, encontré a ese juez que me machacaba constantemente, y también encontré a esa víctima que sentía tanto dolor…
La técnica seguida es una forma nueva de trabajar la gestión emocional, en ella me formé y ahora la pongo al servicio de mis clientes que experimentan cambios profundos. La inteligencia emocional me ha permitido descubrir cómo gestionar mis emociones.
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.
Ahora a practicar ☺️