Según Rudolf Dreikurs, el psiquiatra y educador que desarrolló la teoría de la psicología individual de Alfred Adler, “un niño que se porta mal es un niño desanimado”.
COACHING EDUCATIVO. PREMISAS DE LA “MALA CONDUCTA”.
Lo que se entiende por “mala conducta” obedece muchas veces a una expectativa poco realista de l@s adult@s. Cuando en realidad, es una respuesta natural del/a niñ@ por edad, cansancio, estado emocional…
Existen unas necesidades inherentes al ser humano y buscaremos cubrirlas de cualquier manera. L@s niñ@s necesitan sentir que son tenid@s en cuenta, que pertenecen, que forman parte. Pero… ¿que forman parte de qué? De sus familias en primer lugar, de su escuela… Y también que son importantes; sintiendo que son útiles y válid@s y tienen un papel también destacado en su entorno.
En coaching familiar, coaching educativo y en general, psicología, PNL… trabajamos con la premisa de que “toda acción tiene una intención positiva”. Esto no pretende justificar cualquier acto: solo nos ayuda a comprender cuál es la necesidad que está cubriendo ese comportamiento. Y así, encontrar mejores maneras de obtener el beneficio.
Además, hay que tener en cuenta el contexto. Estas conductas que hemos aprendido (generalmente en la infancia) han dado resultados en algún momento, y no tenían una consideración ni repercusión negativa. Pero al cambiar el contexto ya no resultan eficaces.
Por ejemplo: cuando un bebé llora porque tiene hambre, la madre lo atiende y le da el pecho. Los resultados han sido buenos, la consideración también es positiva y el llanto no repercute negativamente.
¿Pero y si cambiásemos el contexto¿ ¿Y si en lugar de un bebé, fuese un niño de 6 años el que cuando tiene hambre llora? Probablemente la escena sería muy distinta.
COACHING EDUCATIVO. OBJETIVOS DETRÁS DE “LA MALA CONDUCTA”.
La teoría adleriana afirma que hay cuatro objetivos erróneos detrás de la mala conducta, que son:
- BÚSQUEDA DE ATENCIÓN. Un/a niñ@ puede tener la creencia: “solo me tienes en cuenta cuando me prestas atención”.
- BÚSQUEDA DE PODER. La creencia errónea es: “solo me tienes en cuenta si mando yo. O al menos, cuando no permito que tú mandes.
- BÚSQUEDA DE VENGANZA. Cree que: “no me tienes en cuanta, pero al menos podré devolverte el daño que me has hecho”.
- DEMOSTRACIÓN DE INCAPACIDAD. Cree erróneamente que: “Es imposible que me tengas en cuenta. Me doy por vencido.”
Ejemplo: María lleva todo el día con Lucas (6 meses) en brazos, porque está enfermo. Ana (3 años) le pide a su madre que juegue con ella. Maria le dice: Cariño, no puedo, ¿no ves que tu hermano está malito? Además, ahora tengo que preparar la cena. Ana se hace pis encima y su madre, con o sin reproche le presta atención.
La conducta ha dado resultado, ha cubierto la necesidad de Ana.
O Ana podría haber golpeado a su madre, y aquí habría una búsqueda de venganza.
COACHING EDUCATIVO. PERSONALIDAD VS MALA CONDUCTA
Si somos capaces de ver cual es la creencia errónea que hay detrás de un comportamiento podremos actuar con mayor comprensión e incluso prevenirlo. Cubriendo así esas necesidades de importancia y de pertenencia; haciendo a l@s niñ@s partícipes de las tareas, la toma de decisiones, teniendo en cuenta sus opiniones…
¿Y si María le hubiese dicho a Ana: “Cariño, ya sé que tienes ganas de jugar, yo también quiero estar contigo. ¿Qué te parece si vas a escoger un cuento y en cuanto termine la cena te lo leo?”?. Seguramente, Ana se hubiese sentido tenida en cuenta y es probable que no le hiciese falta llamar la atención de otra manera.
Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y saber que, niñ@s y adultos, aún con todas las herramientas del mundo nos vamos a seguir equivocado. pero existen métodos como la Disciplina Positiva que nos enseñan a ver cual es la creencia que se esconde detrás de estas conductas y nos ayudan a crear una convivencia más amable y respetuosa para todos.
Diferenciemos conducta de personalidad. Una conducta o una forma de comportarse no convierten a un/a niñ@ en “mal@”. Como padres y/o educadores, tenemos la responsabilidad de ver que hay detrás de esto y tratar de cubrir sus necesidades con respeto mutuo, en la medida de nuestras posibilidades.